Chamanismo del Nuevo Eon

Freya Answer

Traducción francesa de Hôte-Cerf.

 La palabra Chaman o Shaman, cuyo sentido es “exaltado”, “excitado” viene de la palabra Saman de los tongouses siberianos. Define a una persona que emplea técnicas extáticas especiales que actúan como mediadoras particulares entre el mundo humano y los reinos de esa parte de la conciencia universal descrita de diversas maneras como lugar de los espíritus, de los demonios y de los dioses.

Mucho antes de la creación de un sacerdocio establecido, la posición de un chaman en la sociedad era la de un sacerdote-sanador-mago-astrólogo-visionario-adivino-juez, un personaje de importancia vital en la sociedad tribal. Tocando un núcleo común de la experiencia humana, las características emergentes del Chamanismo Siberiano tienen supervivencias paralelas en todas las sociedades actuales. El verdadero chamanismo implica la separación ritualizada del mundo común y la adquisición del ver a través, más allá de los límites ordinarios del tiempo y el espacio humanos. Esta separación inicial puede ser alcanzada por numerosos medios, pero ella comporta siempre de manera implícita el principio de un peregrinaje hacia un lugar aislado y sagrado, un lugar de poder telúrico dónde los velos entre los mundos mundanos y trascendentales son delgados.

Lo que normalmente se puede calificar de “chamanismo tribal instituido” es una herencia, pero incluso cuando no es así, este arte es siempre transmitido de maestro a alumno. En el curso de su iniciación, celebrado en el lugar y el momento adecuados ( conocidos sólo por el Chaman iniciador), el nuevo Chaman experimenta la adopción de una divinidad particular, un espíritu, un demonio o un dios. Esto implica por regla general la asunción de ciertas formas del atavismo de carácter animal o zoomórfico, las cuales, una vez asimiladas al nivel astral, se convierten en un medio a través del cual el Chaman realizará toda forma futura de magia, de adivinación o de sanación. El modo en que interpretemos la naturaleza de este espíritu adoptivo no tiene la menor importancia, se trate de un demonio o de un dios, está claro que el Iniciador debe tener acceso al conocimiento y a los poderes ocultos en la esencia profunda del hombre y la naturaleza - que es realidad una misma esencia -. Él debe igualmente saber dar “vida” o despertar estos elementos muertos de una manera adecuada, sin la que el nuevo chamán podría estar en peligro de ser poseído en el mal sentido de la palabra.

Una vez iniciado, el nuevo Chamán recibe las vestiduras e instrumentos de su arte: El tambor o el báculo, son entre múltiples objetos, los elementos más importantes. Se le enseña también la localización y el carácter de diferentes tipos de espíritus, así como los métodos conocidos para tener con ellos un vínculo de amistad, hacérselos propicios y manejarlos con inteligencia.  

En las diferentes culturas, la iniciación del Chamán adopta formas diversas. Ciertas implican prácticas peligrosas en el curso de las cuales se emplean narcóticos y tortura auto-inflingida. Otros, como por ejemplo los les Ostyaks del norte de Asia Central han mantenido una forma chamánica hereditaria en la que el proceso de educación e iniciación es un “sendero” que dura toda la vida. El chamanismo espontáneo, es igualmente una forma importante de esta tradición y es así como ha perdurado en nuestra cultura moderna, aunque el arte del chamanismo ha sido devaluado y marginado como si se tratara de un primitivismo sin valor. Aún así, el chamanismo es inherente a la constitución humana, y es presente en cada generación. Sólo sus manifestaciones externas cambian.

En el transcurso del Nuevo Eón, estamos sin duda más cerca de los Altai de Asia Central, que asumen el manto del Chaman espontáneamente, sin demasiadas ceremonias. Todo hombre que haya tenido la experiencia del retorno de la muerte y haya recibido de esto ciertos símbolos reveladores se considera como el portador de los poderes de sus Ancestros. Una vez que ha sido escogido, el Chaman debe, no importa por qué medios, emprender el que se conoce como el “Viaje del Vidente”, para realizar un contacto voluntario y directo con los poderes transcendentales disimulados en la experiencia inicial. En el curso de estos viajes, más astrales que físicos, el Chaman entra en contacto con la ecología profunda (la palabra ecología se emplea aquí en un contexto ampliamente espiritual, este mundo y los otros elevándose a la unión con el Uno). Las experiencias internas y externas se funden, trascendiendo los  dos estados de conciencia. A través de este medio, el o la Chaman rearmoniza  su experiencia con la de la Naturaleza en general y las de los animales en particular, pues su vida y su experiencia es inseparable de la naturaleza. Éstos no son entonces sólo admirados sino también objetos / sujetos de culto. A partir de esto, en todo estado extremo auto-inducido del cuerpo o del psiquismo, el Cham puede conversar con los habitantes del mundo no material. Recorriendo este peligroso territorio, él o ella puede obtener conocimientos de gran valor a nivel personal y para toda la humanidad. A través de este conocimiento especializado, los Chamanes reintegran el mundo natural, de una manera que resulta imposible para el simple pensamiento intelectual; y numerosas cosas útiles para “este mundo” han sido recuperadas del “otro mundo” gracias a las formulas chamanicas.

Para construir un puente entre estos mundos, uno de los sistemas más utilizados por los Chamanes es el de las runas (1). Las runas ofrecen un medio para trascender el abismo, sus orígenes son cien por cien chamánicos. Según los escritos de la Tradición Nórdica, Odin obtiene las runas después de haber celebrado un ritual chamánico en el transcurso del cual permanece suspendido del Árbol Yggdrassil (Árbol Universal) durante nueve días y nueve noches, después de lo cuál adquiere el total conocimiento de los poderes mágicos contenidos en las runas. Uno encuentra la misma idea en la lámina del Tarot de El Colgado. 

Es necesario comprender por esto que las runas funcionan al menos de dos maneras diferentes. Tomadas como alfabeto, ellas son la visión del mundo fragmentado, divisando los diferentes sectores de la experiencia humana y no humana en elementos manejables. Pero existe un espíritu más profundo y mágico en las runas por el cuál no se representan una serie de secuencias o de ideas asociadas a los dioses y a las energías que permanecen tras la psique humana; aquí devienen el medio de acceder a los niveles más profundos y oscuros de la estructura universal, y este es exactamente el dominio privilegiado del Chamán.   


(1) N. d. T. [Jean-Luc Colnot]: La tradición sabática de Austin Osman Spare emplea igualmente un “Alfabeto del Deseo".


© Freya Answer

Traducción francesa de Hôte-Cerf. [ J.L. Colnot ]