Un
"Estandarte" Mágico
A
la hora de escribir este artículo me dí cuenta de que mi pequeña obra
no podía entroncarse con ninguna tradición conocida por mí, y, sin
embargo, respondía a la esencia, y a los principios adquiridos durante
este aprendizaje sin fin que es el sendero mágico. No pensé en un
"estandarte"
cuando inicié este proyecto mágico, pero lo que resultó al final se
parecía más a un estandarte que a cualquier otra cosa, motivo por el
cual me referiré a él bajo esa denominación.
En
el libro de "Ejercicios y Prácticas Ocultos" [p.21,22], de
Gareth Knight, leemos "El uso de las manos es un adjunto
importante, y a menudo subestimado, del entrenamiento oculto, y es un
principio muy bueno para cualquiera que persiga el conocimiento superior
el perseguir también alguna artesanía a fin de mantener la integración
sobre todos los niveles. (...). Las manos y los dedos tienen una sabiduría
propia que sólo puede ser experimentada poniéndolos a trabajar sobre
ciertas lineas esotericas. La ingenuidad personal de uno debería
sugerir los objetos a hacer, pero, como ejemplo, se pueden hacer modelos
tridimensionales con cartulina, sin un largo entrenamiento, y se verá
que incrementan la propia comprensión inconmesurablemente, mucho más
que las notas en un cuaderno y los dibujos bidimensionales. Los modelos
pueden hacerse de diversos conceptos cosmológicos expuestos en varios
libros de texto (...) O se podría hacer un modelo del castillo del
Santo Grial, o de un templo ritual - tal como se describe en un libro o
a partir de la imaginación propia de uno. Las oportunidades son
interminables."
Soy
de la opinión de que la magia artesanal puede funcionar bien así, sin
buscar imitar ninguna forma concreta, sinó simplemente creando, a
partir de diferentes elementos, un símbolo material de aquello que
deseamos atraer a nuestras vidas. Se dice que "el canal es el
mensaje", y en este caso es una expresión acertada, porque
aquellas piezas que ideemos, que realicemos, dirán también mucho del
modo en el que nos acercamos a la experiencia mágica. Realmente, lo que
hagamos no tiene porqué buscar parecerse a nada, como tampoco estar
empujado a romper con nada, (a menos que ese sea nuestro objetivo, claro
está). Hubo un primer hacedor/a de "flechas de chamán" y
hubo un primer hacedor/a de "madres del maíz". Es hermoso
cultivar las tradiciones, y también lo es dejar cantar al alma su
propia canción y modelarla con las manos.
MATERIALES
Básicos
Una
ramita de árbol de aproximadamente 27 cm de longitid (se puede recoger
de los alrededores)
Una
pieza cuadrada de tela blanca (mejor algodón, y que no se haya usado en
anteriores ocasiones) de unos 12x12cm
Aguja
de coser
Hilos
de varios colores
Acuarelas
Pincel
Agua
Sal
Complementarios
Una
vela (color a escoger según objetivo)
Incienso
(esencia a escoger según objetivo)
PROCEDIMIENTO
1)
Cosemos el pedazo de tela enrollándolo por el extremo superior a la
ramita, de modo que un trozo de la misma sobresalga a cada lado de la
tela. Como siempre, mientras cosemos podemos cantar o salmodiar o
visualizar nuestra intención mágica. Y con esto tenemos la base para
nuestro proyecto.
2)
Escogemos los hilos de varios colores y atravesamos la tela en su parte
inferior, de modo que nos quede un trozo de hilo a cada lado. Cortamos
el hilo y anudamos los dos extremos del mismo, de manera que quede
como un "fleco" colgando de la tela. Repetimos la operación
tantas veces como sea necesario para cubrir de flecos la parte inferior
de la tela. Podemos usar uno o varios colores en función del objetivo.
Cada nudo es una reafirmación de nuestro objetivo, cada fleco es un
transmisor de nuestra voluntad, y así los visualizamos.
3)
Diseñamos un símbolo para aquello que queramos atraer a nuestras
vidas, escogiendo según nuestro criterio y habilidad las formas y
colores del "sigil" o, para entendernos, símbolo. Aquí es dónde
se concreta nuestra intención. Metafóricamente hablando, los dos pasos
anteriores son como una mezcla de harina y agua, ahora queda elegir si
la masa será dulce o salada, si tendrá aroma a limón o a queso. (Lo
que se aprende en la Cocina!).
Como
soy bastante torpe, escogí un símbolo abstracto, una espiral, para
simbolizar las energías que quería poner en movimiento, las ideas en
mi mente podian ser más concretas pero como pequeñas luces discurrían
en el trazo del pincel, en la corriente energética que las albergaba a
todas ellas. De igual modo, en función del objetivo se puede dibujar
cualquier cosa, desde una casa que represente al hogar protegido, como
unas llamas que representen nuestra intención de atraer las cualidades
del fuego a nosotros mismos.
Una
vez escogido el símbolo, tomamos el agua y la sal (se pueden consagrar
según el método de cada cuál) y, mojando el pincel procedemos a
dibujarlo sobre la tela. Las acuarelas son mis pinturas preferidas por
varios motivos, me permiten trabajar con el agua, y sus tonalidades son
hermosas en prácticamente cualquier combinación. Si pintamos sobre
madera respetan el veteado de la superficie original, como un sutil
barniz; pero con una menor disolución puede obtenerse un color vivo y
fuerte. (Podemos tener un pedacito más de tela al lado para
realizar las pruebas de color y densidad de la pintura, y no llevarnos
sorpresas en el último momento).
Consagración
(opcional)
Como
mi objetivo era un proyecto mágico que me permitiera interactuar con
los cuatro elementos, así como el agua y la sal ya estaban consagradas
antes de pintar, más tarde realicé una consagración completa pasando
mi estandarte por los cuatro elementos, esto es asperjándolo con un
poco más de agua y sal (tierra) y ondeándolo sobre la llama de la vela
y el humo del incienso, saludando después a los cuatro puntos
cardinales. Podemos crear un pequeño altar con tal fin, y realizar la
consagración dentro del círculo ritual. Pero tampoco es algo
absolutamente necesario, como cada cuál se sienta más a gusto y las
circunstancias le permitan.
LIBERACIÓN
DE LA ENERGÍA
Como
en cualquier ritual, hemos generado y focalizado las energías e
intenciones para la consecución de nuestro objetivo mágico. Y ahora
llega el momento de liberarla para que vuelva del universo trayendo el
resultado escogido a nuestras vidas. ¿Cómo hacerlo? Ahora ya tenemos
nuestro estandarte hecho, podemos utilizarlo en cualquier ocasión y
para cualquier objetivo, y así cómo podemos dar cualquier sabor a
nuestra pasta de harina y sal, tenemos varios métodos para cocinarla.
Trabajos
de Agua; Podemos mojar nuestro estandarte en una corriente de agua, y
ver cómo los flecos se mueven y el dibujo se va.
Trabajos
de Aire; Colgamos nuestro estandarte, y vemos cómo el aire mueve sus
hilos, llevándose el mensaje con él.
Trabajos
de Fuego; Podemos quemar los flecos o el estandarte entero.
Trabajos
de Tierra; enrollamos nuestro estandarte sobre su ramita como un
pergamino y lo atamos con los hilos. Basta con hacer un pequeño agujero
y enterrarlo. No hay nada demasiado nocivo en los materiales que pueda
perjudicar al medio ambiente. Así que también podemos
"sembrarlo" junto a unas semillas o una planta, y cuidarla
para una mayor continuidad del proyecto.
Trabajo
combinado; podemos mojar el estandarte, secarlo al aire, quemar los
hilos o la tela y enterrar lo que quede en la tierra.
Otra
opción; si ha quedado muy bonito y os da pena deshaceros de él, podéis
colgarlo en cualquier lugar dónde quede bien, o como protector o
amuleto con cualquier fin, llevarlo encima (si se ha pensado esta opción
desde el principio, mejor ajustar el tamaño del estandarte).
Vaelia
Bjalfi, Agosto 2004
NOTAS
Encontré
alguna referencia a la magia del estandarte en "Magia Natural
Práctica" de Cunningham; dónde se cita que es un modo de
proceder fundamentalmente oriental.