Un "Estandarte" Mágico

  

A la hora de escribir este artículo me dí cuenta de que mi pequeña obra no podía entroncarse con ninguna tradición conocida por mí, y, sin embargo, respondía a la esencia, y a los principios adquiridos durante este aprendizaje sin fin que es el sendero mágico. No pensé en un "estandarte"[1] cuando inicié este proyecto mágico, pero lo que resultó al final se parecía más a un estandarte que a cualquier otra cosa, motivo por el cual me referiré a él bajo esa denominación.

En el libro de "Ejercicios y Prácticas Ocultos" [p.21,22], de Gareth Knight, leemos "El uso de las manos es un adjunto importante, y a menudo subestimado, del entrenamiento oculto, y es un principio muy bueno para cualquiera que persiga el conocimiento superior el perseguir también alguna artesanía a fin de mantener la integración sobre todos los niveles. (...). Las manos y los dedos tienen una sabiduría propia que sólo puede ser experimentada poniéndolos a trabajar sobre ciertas lineas esotericas. La ingenuidad personal de uno debería sugerir los objetos a hacer, pero, como ejemplo, se pueden hacer modelos tridimensionales con cartulina, sin un largo entrenamiento, y se verá que incrementan la propia comprensión inconmesurablemente, mucho más que las notas en un cuaderno y los dibujos bidimensionales. Los modelos pueden hacerse de diversos conceptos cosmológicos expuestos en varios libros de texto (...) O se podría hacer un modelo del castillo del Santo Grial, o de un templo ritual - tal como se describe en un libro o a partir de la imaginación propia de uno. Las oportunidades son interminables."

Soy de la opinión de que la magia artesanal puede funcionar bien así, sin buscar imitar ninguna forma concreta, sinó simplemente creando, a partir de diferentes elementos, un símbolo material de aquello que deseamos atraer a nuestras vidas. Se dice que "el canal es el mensaje", y en este caso es una expresión acertada, porque aquellas piezas que ideemos, que realicemos, dirán también mucho del modo en el que nos acercamos a la experiencia mágica. Realmente, lo que hagamos no tiene porqué buscar parecerse a nada, como tampoco estar empujado a romper con nada, (a menos que ese sea nuestro objetivo, claro está). Hubo un primer hacedor/a de "flechas de chamán" y hubo un primer hacedor/a de "madres del maíz". Es hermoso cultivar las tradiciones, y también lo es dejar cantar al alma su propia canción y modelarla con las manos.

 

 MATERIALES

Básicos

Una ramita de árbol de aproximadamente 27 cm de longitid (se puede recoger de los alrededores)

Una pieza cuadrada de tela blanca (mejor algodón, y que no se haya usado en anteriores ocasiones) de unos 12x12cm

Aguja de coser

Hilos de varios colores

Acuarelas

Pincel

Agua

Sal

Complementarios

Una vela (color a escoger según objetivo)

Incienso (esencia a escoger según objetivo)

 

PROCEDIMIENTO

 

1) Cosemos el pedazo de tela enrollándolo por el extremo superior a la ramita, de modo que un trozo de la misma sobresalga a cada lado de la tela. Como siempre, mientras cosemos podemos cantar o salmodiar o visualizar nuestra intención mágica. Y con esto tenemos la base para nuestro proyecto. 

2) Escogemos los hilos de varios colores y atravesamos la tela en su parte inferior, de modo que nos quede un trozo de hilo a cada lado. Cortamos el hilo  y anudamos los dos extremos del mismo, de manera que quede como un "fleco" colgando de la tela. Repetimos la operación tantas veces como sea necesario para cubrir de flecos la parte inferior de la tela. Podemos usar uno o varios colores en función del objetivo. Cada nudo es una reafirmación de nuestro objetivo, cada fleco es un transmisor de nuestra voluntad, y así los visualizamos.

3) Diseñamos un símbolo para aquello que queramos atraer a nuestras vidas, escogiendo según nuestro criterio y habilidad las formas y colores del "sigil" o, para entendernos, símbolo. Aquí es dónde se concreta nuestra intención. Metafóricamente hablando, los dos pasos anteriores son como una mezcla de harina y agua, ahora queda elegir si la masa será dulce o salada, si tendrá aroma a limón o a queso. (Lo que se aprende en la Cocina!).

Como soy bastante torpe, escogí un símbolo abstracto, una espiral, para simbolizar las energías que quería poner en movimiento, las ideas en mi mente podian ser más concretas pero como pequeñas luces discurrían en el trazo del pincel, en la corriente energética que las albergaba a todas ellas. De igual modo, en función del objetivo se puede dibujar cualquier cosa, desde una casa que represente al hogar protegido, como unas llamas que representen nuestra intención de atraer las cualidades del fuego a nosotros mismos.

Una vez escogido el símbolo, tomamos el agua y la sal (se pueden consagrar según el método de cada cuál) y, mojando el pincel procedemos a dibujarlo sobre la tela. Las acuarelas son mis pinturas preferidas por varios motivos, me permiten trabajar con el agua, y sus tonalidades son hermosas en prácticamente cualquier combinación. Si pintamos sobre madera respetan el veteado de la superficie original, como un sutil barniz; pero con una menor disolución puede obtenerse un color vivo y fuerte.  (Podemos tener un pedacito más de tela al lado para realizar las pruebas de color y densidad de la pintura, y no llevarnos sorpresas en el último momento).

  

Consagración (opcional)

Como mi objetivo era un proyecto mágico que me permitiera interactuar con los cuatro elementos, así como el agua y la sal ya estaban consagradas antes de pintar, más tarde realicé una consagración completa pasando mi estandarte por los cuatro elementos, esto es asperjándolo con un poco más de agua y sal (tierra) y ondeándolo sobre la llama de la vela y el humo del incienso, saludando después a los cuatro puntos cardinales. Podemos crear un pequeño altar con tal fin, y realizar la consagración dentro del círculo ritual. Pero tampoco es algo absolutamente necesario, como cada cuál se sienta más a gusto y las circunstancias le permitan.

 

LIBERACIÓN DE LA ENERGÍA

Como en cualquier ritual, hemos generado y focalizado las energías e intenciones para la consecución de nuestro objetivo mágico. Y ahora llega el momento de liberarla para que vuelva del universo trayendo el resultado escogido a nuestras vidas. ¿Cómo hacerlo? Ahora ya tenemos nuestro estandarte hecho, podemos utilizarlo en cualquier ocasión y para cualquier objetivo, y así cómo podemos dar cualquier sabor a nuestra pasta de harina y sal, tenemos varios métodos para cocinarla. 

Trabajos de Agua; Podemos mojar nuestro estandarte en una corriente de agua, y ver cómo los flecos se mueven y el dibujo se va.

Trabajos de Aire; Colgamos nuestro estandarte, y vemos cómo el aire mueve sus hilos, llevándose el mensaje con él.

Trabajos de Fuego; Podemos quemar los flecos o el estandarte entero.

Trabajos de Tierra; enrollamos nuestro estandarte sobre su ramita como un pergamino y lo atamos con los hilos. Basta con hacer un pequeño agujero y enterrarlo. No hay nada demasiado nocivo en los materiales que pueda perjudicar al medio ambiente. Así que también podemos "sembrarlo" junto a unas semillas o una planta, y cuidarla para una mayor continuidad del proyecto.

Trabajo combinado; podemos mojar el estandarte, secarlo al aire, quemar los hilos o la tela y enterrar lo que quede en la tierra.

Otra opción; si ha quedado muy bonito y os da pena deshaceros de él, podéis colgarlo en cualquier lugar dónde quede bien, o como protector o amuleto con cualquier fin, llevarlo encima (si se ha pensado esta opción desde el principio, mejor ajustar el tamaño del estandarte).

 

Vaelia Bjalfi, Agosto 2004

 


 

NOTAS

[1]  Encontré alguna referencia a la magia del estandarte en "Magia Natural Práctica" de Cunningham; dónde se cita que es un modo de proceder fundamentalmente oriental.